Aunque este año lo he tomado más ligero y he sido menos gruñón ante la presencia de la época de campaña del gordo barrigón y sus renos adictos a hierbas alucinógenas, anoche me visitaron los Fantasmas de mi Navidad…
Más que una temporada de regocijo y felicidad, el invierno caribeño que se viste de luces de colores y pinos nevados de fantasía me pasan cuenta de lo logrado, lo alcanzado, lo fallado, el pasado latente que no se esfuma y la hipocresía que con los años voy alejando cada vez más de mi alrededor, pero anoche, me visitaron los Fantasmas de mi Navidad…
El fantasma de mi pasado me recordó, que el insómnio no es una condición física que se medica, sino una factura pendiente que necesita ser saldada para conciliar el sueño, cada cicatriz tatuada al alma son los recordatorios de un aprendizaje adquirido, una experiencia ganada, una batalla librada que queda tatuada en tu bitácora para que no vuelvas a perder el horizonte cuando el futuro te quiera repetir la historia… anoche me visitaron los Fantasmas de mi Navidad…
El fantasma de mi presente se sirvió un trago que nunca tocó y me miró con una sonrisa silente, esperando que yo empezara la conversación, -¿dónde estoy?- le pregunté y volvió a sonreír enmudecido… la respuesta me atropelló como un trineo a exceso de velocidad, pero no sentí dolor porque acudí a mi bitácora… ¿dónde estoy? No es la pregunta, sino ¿dónde estuve?, perdido en un limbo parecido al purgatorio de las almas en pena, envejeciendo por el peso de las maletas que ya abandoné, concentrado hoy en el norte que me llevará al Puerto que quiero llegar! Y sin darme cuenta sigiloso como llegó, se marchó el fantasma de mi presente con la respuesta satisfecha… anoche me visitaron los Fantasmas de mi Navidad…
Hubo una pausa donde desperté en medio de mi insómnio, entraba la brisa fresca por la ventana, había paz, pero con intranquilidad curiosa, aullaba a lo lejos un lobo domesticado, las visitas no habían terminado y llegó el fantasma de mi futuro…
Que bizarra ironía!, mi futuro me tomó de la mano en un recorrido por mi pasado, pero más lejos…me llevó a mi niñez donde todavía me vestía con la inocencia de Peter Pan, donde los sueños eran nuestra realidad a materializar porque simplemente lo habíamos decretado, seguros de lo que queríamos alcanzar, lo que ibamos a lograr, ¿en qué punto de nuestras vidas es qué perdemos esa inocencia?, ¿por qué se descompone nuestra brújula?, ¿por qué perdemos la vision tratando de madurar?...
Mis ganas de correr a toda velocidad por la vida montado en aquella bicicleta amarilla que llegó una navidad rodeado del amor de las mujeres que han sido las directoras de la película de mi vida, mi decision de devolverles el presente con el regalo de un futuro que las infle de orgullo al verme cruzar la meta como una gacela imparable, ¿dónde quedaron los “happy thoughts” que nos hacen volar sin la ayuda del polvito de hadas?... anoche me visitaron los Fantasmas de mi Navidad…
Volví a despertar a la misma hora donde el insómnio me había dejado, no he dormido, pero algo ha cambiado, me veo más flaco, más cabezón, más rubio, más inocente, estoy montado en la bicicleta amarilla azotando el barrio, perseguido por mis cuatro duendes en miniatura, acompañado de mi compañera esperada, dando gavetazos que acercan amigos que son familia, inmerso en las Lunas que reflejan la luz de las estrellas, dando zarpazos con mi espada de grafito, escribiendo el guión más importante de mi vida, preparando el regalo a entregar a mis directoras… anoche me visitaron los Fantasmas de mi Navidad…
La mañana llegó con la misma brisa fresca de la madrugada, mis visitantes nocturnos hicieron su despedida, no he dormido, pero no tengo cansancio, sino un sueño recuperado, volando con mis recuerdos felices, enfocado con mi inocencia recobrada, esperando al gordo barrigón y sus renos voladores, recordando que hoy se celebra un nacimiento que nos devuelve la fé, la esperanza y la confianza en aquel que se refleja en el espejo que miramos!...
Si todavía no han recibido la visita de sus fantasmas, les aconsejo dejar una ventana abierta esta noche y dejen que la brisa fresca los renueve con caricias de amor, felicidad y agradecimiento, recuperen su inocencia y no dejen de soñar!, Feliz Navidad!.
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