En siglos anteriores, a diferencia del pensar moderno, el mundo tenía los pies más cerca de la tierra, contrario a la época actual…
La magia era una realidad, parte del diario vivir, aura, espíritus, sabiduría y poesía eran tratados con el respeto que hoy brilla por su ausencia en lo que denominamos “tiempos modernos”.
Soy preso de una temporada errónea… vivo en un mundo de fantasía que no cree en la misma, trato de ser entendido y soy catalogado de soñador, sentimental, cursi y a veces hasta de absurdo, pero no lo puedo evitar!, no lo quiero evitar!, soy preso de una temporada errónea…
Explicar que mis hijos son la única cosa que me descuadra las neuronas y me desarma en millones de microscópicas partículas puede ser “entendible” en estos tiempos…explicar las razones pueden poner en duda mi “cordura”, como algunos le quieren llamar.
Quiero a todos mis hijos igual, pero de maneras distintas; cada uno es un individuo y por ende, cada uno es un mundo, por eso es que son, todos especiales. Herencia inevitable y pienso yo, hasta por momentos lamentable, tienen todos y aquí viene la frontera entre la genialidad y la locura…mis hijos ven ángeles…
No como teoría cariñosa de un cuento de hadas, sino como realidad palpable que forma parte de sus vidas, simplemente ven ángeles. Esos guías espirituales que no son grandes sabios como nos los han querido vender, sino literalmente lo que su nombre descifra, son guías del espíritu, del alma y como cada uno es un mundo, estos son únicos e irrepetibles.
De mis hijos, dos cargan el peso de ser “sensitivos”, la mayor y el segundo varón… ser sensitivo no es como lo definen de manera común, “sentimental, triste, dependiente, etc.”, ser sensitivo es tener ese “don” de percibir energías que aunque no te correspondan, te atraviesan por el pecho causando gran presión sobre el mismo y haciéndonos sentir vulnerables y hasta temerosos por varias razones…por qué lo siento?, que me quieren decir?, cual es mi rol?, por qué pasa?, qué debo hacer?, son solo parte de las preguntas que nos hacemos al percibir estas cosas, aquellos que vivimos con la triste gracia, de ser sensitivos…
Pero por qué triste?, porque no nos permite ser ilusos!, sabemos que algo está mal y lo absorbemos de tal forma, que logramos alivianar el peso del aire mientras lo aislamos del mundo exterior, es un don, lo aceptamos y lo disfrutamos, pero lo sufrimos. En mi caso ya es algo manejable, pero me duele más saber que mis hijos, tan pequeños, disfrutan de tan precioso mal…
Dios tiene formas extrañas de obrar, como he mencionado en múltiples ocasiones, lo único que no he logrado descifrar es el fin… será que me han mandado de manera física a mis guías espirituales?, porque esa sería quizás la explicación del por qué aprendo yo más de ellos, que ellos de mi…entre todos, de los 5, me han mandado un gran reto para nivelar mi balanza emocional…me han prestado, un niño índigo…
Digo prestado, porque los índigos nacen, viven y mueren con una misión constante que no se detiene en simplemente estabilizar y aclarar mi razón existencial, ellos, son “public domain” y le pertenecen al mundo…
Decir todas estas cosas con tanto afán, me vuelven a colocar en la mirilla de todos como aquel que condenaron por querer construir castillos en el aire, volar más alto que el resto de las gaviotas y defender su ideología, buena o mala, pero mía!... soy preso de una temporada errónea…
Si pudiera abrir mi pecho y colocarme como tal Biblia en un atril, fuera quizás para muchos, más fácil entenderme, aunque pensándolo bien, la Biblia tiene mas de 2,000 años abierta y sigue siendo un gran misterio sin descifrar!...sigo preso de una temporada errónea…
Si bien es nuestro deber ser los guías y maestros de nuestros hijos, quién me explica como puedo yo ser lazarillo de un guarda bosques y maestro de un sabio?. Lo peor de todo, es que me los multiplicaron!, me ganan en cantidad, me tienen rodeado! Y me aterra no dar abasto a cada una de sus necesidades individuales, me sobra corazón, pero flaquea mi confianza…
Quisiera yo poder volver a aquella temporada donde también jugaba a diario con aquellos ángeles que nos rodean, de manera casual, de manera inocente; con los años nos convertimos en ese Peter Pan que quiso crecer sacrificando una de las cosas más preciadas que traemos al nacer…nuestra imaginación, nuestra inocencia, nuestros happy thoughts…
Lloro…lloro a diario en mi soledad tranquila para no levantar sospechas entre mis duendes disfrazados de niños, tiemblan mis manos y mi sistema nervioso se convierte en un maremoto interno, el mundo me observa, pero pocos me entienden, personalidad excéntrica de Dalí, pero sin la genialidad del artista, soñador, amante del bien, cursi y sentimental…sensitivo…culpable de ese legado, preso de una temporada errónea…
No sé si el tiempo jugará su parte en esta historia, no sé tampoco si dejaré yo de intentar “hacerme entender”, no sé, no sé...no sé nada!, aunque en realidad solo una cosa si sé con seguridad!, nunca dejaré de soñar, sigo sin renunciar a mis lágrimas, como dije una vez, son mías!, me pertenecen, me quedo con ellas, seguiré siendo un payaso y un atrevido del lenguaje corporal, seguiré siempre defendiendo mi ideología y seguiré siendo mientras pueda y a la medida que pueda, el mejor amigo de mis enanos consentidos, mis guías espirituales, mis maestros en miniatura…seguiré caminando de la mano de cada uno de ellos y si bien tenemos juntos mucho que aprender, seguiré tomándome la libertad de enseñarles a construir castillos en el aire, de probarles que se puede volar siempre más alto, que como dijo Walt Disney “si lo puedes soñar, lo puedes realizar”, que el respeto y la disciplina no están atados al miedo y la desconfianza, que no debemos esperar convertirnos en abuelos para expresar nuestro cariño y que el futuro, es un camino incierto, difícil e impredecible que juntos vamos a recorrer, aunque a veces nos pasen por la cabeza pensamientos incoherentes, como el de creer que estamos solos…
y presos…en una temporada errónea.
Galop./
20/11/07
