En la vida compartimos a diario con muchas personas, demasiadas si me preguntan...casuales, pasajeros, estampas; muchos se convierten en conocidos habituales, pero sólo algunos se convierten en amigos.
A veces y de manera irónica, compartimos más tiempo con los conocidos, personas con las que pasamos más cantidad de horas por una razón u otra y con las cuales jamás llegaremos a compartir las escasas horas de calidad que hacemos con los amigos. Pero, ¿por qué pasa esto?...no sé!, vea vaina!...
Cuando somos más jóvenes, le ponemos la etiqueta de "amigo" al conocido del momento, con el que salimos de fiesta a menudo, la que siempre quiere compartir contigo los pequeños éxitos momentáneos, el grupo que comparte junto a ti una ronda que brindaste y aquellos que por algún interés personal, por pequeño que parezca, permanecen a tu lado mientras les seas útil.
Pasan los años y cuando empezamos a ver que el espejo refleja arrugas en el rostro, pelos blancos que invaden nuestra ya casi escasa melena y pasamos por un momento de dificultad, sea económico (el más común), profesional, familiar, de salud, etc., nos damos cuenta de que no somos tan populares como pensábamos, los conocidos no están ni cerca... pero aparecen aquellos extraños seres en peligro de extinción a los que llamamos amigos, esos familiares que no llegaron por imposición, sino por elección, los que siempre han estado y siempre estarán.
Un amigo no es el que comparte contigo la cerveza del triunfo, sino el que te prepara la sopa de la resaca, amigo no es el que apoya tus acciones de manera incondicional, sino el que te pelea cuando estás errado, amigo no es el que te llama todos los días para saber si hoy hay movida, amigo es el que sabe en qué momento tu lo necesitas...porque te conoce e irónicamente, te quiere!...
El amigo verdadero es aquel que es capaz de sacarse un pan de la boca y llevártelo porque sabe que tienes días sin comer, el amigo de verdad no vive para drenarte, existe para llenarte...benditos y agradecidos los que podemos identificar a estos seres en extinción...
Hoy tuve un encuentro con uno de esos seres, sin planearlo, sin esperarlo, nos sentamos en una tarde cualquiera a compartir como si fuese una costumbre semanal, se sentó a mi lado y no me dejó casi hablar (y eso si es difícil!)... No me dijo nada que yo no supiera, me repitió lo que mi pareja me dice a diario, me golpeó el dedo enfermo, me recordó de dónde venimos, me insistió en la cacería de la disciplina perdida, me haló las orejas al mismo tiempo que reconocía mi don en cuestión y me invitaba, casi obligaba, a sacarle el provecho evidente, existente, necesario...guerra avisada no mata soldado, "No somos artistas, somos guerreros con experiencia..." .
De vez en cuando es necesario que un amigo nos incite a sacar a flote un poco nuestra arrogancia justificada, que nos acuerde que la experiencia no se improvisa y que hasta los consejos cuestan dinero porque vienen sabiamente madurados...una vez le preguntaron a un empresario exitoso la clásica pregunta: ¿Cuál ha sido la clave de su éxito?, -dos palabras-, "Buenas decisiones", respondió,...si pero, ¿qué lo ha llevado a través de los años a siempre tomar "Buenas decisiones"?, -una palabra, Experiencia-, volvió a responder...si, si, dijo el entrevistador, pero ¿cómo ha adquirido usted esa experiencia que lo ha llevado a siempre tomar buenas decisiones?, -dos palabras-, repitió el empresario con una leve sonrisa en su rostro, "-Malas decisiones-"...
El Diablo sabe por viejo y no por Diablo, "El tiempo que teníamos para perder, ya lo perdimos hace mucho, llegó el momento para capitalizar, empezó la cuenta regresiva hacia el éxito, ¿estás preparado para recibirlo?..." Bárbaro Berger!...Bárbaro!...copiado!...Gracias!.
"Las cosas no pasan cuando tu quieres que pasen, sino cuando estás preparado para recibirlas..."
Galop./
27 de abril, 2014.-
